Cuando empezamos a madurar

El pasado viernes, estaba con una amiga en mi casa y sin darnos cuenta nos quedamos conversando hasta las dos de la mañana; de repente le dije: ¿Te has dado cuenta? Estamos hablando sobre nuestras vidas y no hemos querido salir a divertirnos como antes. Ella me respondió que eso era parte de nuestra madurez, que ya las cosas de la juventud como las salidas a discotecas, reuniones o fiestas, quedaron en un segundo y porque no decirlo, hasta en un tercer plano, si lo queremos ver así. No me considero tan mayor, pero si una mujer que representa su edad, que vive al máximo cada etapa de su vida, pero que las lecciones de la vida me enseñan cada día, es por ello, que me atrevo a decirte lo siguiente:
Una persona madura evidentemente con la lecciones de la vida; lo cual no quiere decir que hemos envejecido; y si es así pues créanme que solo envejece el cuerpo; pues nuestro Yo interior siempre estará joven hasta cuando queramos. Por ejemplo, conozco amigos de juventud que a sus 36 años, ellos se quedaron en el pasado, ya que continúan viviendo como si tuvieran 20 años, es decir son unos "chiquiviejos", sin ofender al que lo sienta así. Uno llega a alcanzar la madurez cuando toma el control de su vida, es verdad que a cierta edad, las mujeres y hombres, nos hacemos invisibles, sentimos que nuestro protagonismo en la escena de la vida declina y que nos volvemos inexistentes para el mundo, es muy probable, pero por ejemplo, nunca fui tan consciente de mi existencia como ahora.
Descubrí que no soy la princesa del cuento de hadas; descubrí al ser humano que sencillamente soy, con sus miserias y sus grandezas.
Descubrí, que me puedo permitir el lujo de no ser perfecta, de estar llena de defectos, debilidades y de equivocarme muchas veces, y a pesar de todo descubrí que me quiero mucho.
Cuando me miro al espejo ya no busco a la que fui en el pasado... sonrío a la que está al frente mío, pues veo que soy otra una mujer que a pesar de sus "rollitos" en la barriga y quizá algunas arrugitas en el rostro, sonrío, pues veo a la mujer que siempre quise ser.
Recordemos que la vida es tan corta y el oficio de vivirla es tan difícil, que cuando uno comienza a aprenderlo, ya hay que morirse. Es cierto, el ser humano tarda mucho en madurar, ¿VERDAD?.Pues aquellos que dicen serlo, no siempre dicen la verdad, yo estoy empezando a madurar y me siento muy feliz por ello.
A veces pienso que si mi madre me hubiera dejado ir cuando lo quise hacer, yo hubiera madurado más rápido, por eso te digo que si tienes un hijo déjalo crecer, déjalo partir y que se aleje... lo tendrás maduro a su regreso, porque si lo retienes poseído, lo puedes perder para siempre. Muchas veces se comete errores con los hijos, nos negamos aceptar que crecieron y los engreímos sin importar su edad, ellos ya no son los mismo bebés que salieron de nuestro vientre, eso debemos tener en cuenta, yo veo a mi hija crecer día a día y entiendo que ella debe ser independiente y que desde su corta edad debe aprender a tomar sus propias decisiones, para que así alcance su madurez, y si se equivoca, sé que ella aprenderá de sus errores, no por eso dejo de aconsejarla y soy más su amiga que su mami. Y cuando debo realizar el rol de madre, lo hago, pero siempre tengo presente que en ese rol, está permitido ser su amiga.
Es mejor que cada mañana al despertar, debamos sonreír, es el mejor regalo que podemos dar a los que viven contigo y si vives sólo(a) sé tú mismo(a), cada etapa de nuestra vida se debe disfrutar al máximo, si no ves el "sol", búscalo en tu interior, todos tenemos problemas, unos más que otros pero de ellos saquemos provecho, aprendamos la lección. Recuerda NO IMPORTA LA EDAD, LO QUE IMPORTA ERES TÚ, CRECE, VIVE Y MADURA, para que encuentres los verdaderos placeres de la vida, los cuales Dios nos ha regalado.

Foto: imageshack

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